top of page

ANTES DE ELLA.

  • Alma G.
  • 15 jul 2015
  • 2 Min. de lectura

Esas son las cosas que ocurren cuando alguien te rompe, cuando la persona que creías que era desaparece. Es así como te sientes incompleto, se ha llevado una parte de ti, de tu corazón, de tu alma.

Ya no haces las cosas que te gustan, te deja asustado, alerta ante cualquier posibilidad de que vuelvas a creer en las personas, a que te vuelvas a encariñar. Y entonces las cosas que eran, las que creías eran de un modo dejan de serlo, el pedazo de cielo que te gustaba ver bajo esos arboles ya no existía, te habías obligado a olvidarlo. Tus mejillas dejaron de inflarse y ya no tenían ese color rosado cuando sonreías. Las tazas de té antes de dormir sabían mas amargas de lo normal, y ese simple momento te remontaba a recordar, a reprocharte, a reprocharle, a culpar a la vida por haberte hecho esto, por alejarla de ti.

Pero te volviste más sensible, escribías con más frecuencia en esa vieja libreta, podía jurar que pronto te quedarías sin paginas para continuar. Tu mirada era más profunda, un poco mas sombría, y no parabas de mover tus ojos al ritmo de tu pluma. Sentías más y con mas fuerza, lo juro.

Y más tarde comprendías que el tiempo cura, que no es solo una frase, que en verdad te cura, pero las cicatrices, las partes que ella se llevo no volvían, nunca lo harían. Después saliste adelante, y te costó, verdaderamente fue duro intentar volver a ser quien eras antes de ella, pero yo vi que quién eras ahora estaba mucho mejor, habías adquirido ese pequeña manía de estar siempre para todos aquellos que te queríamos, no pasaba un día sin que nos dijeras cuan importantes eramos para ti, y las mejillas rosadas habían vuelto, aunque tu sonrisa tenía algo, un poco de oscuridad que la hacía aun más misteriosa y entrañable. Tu mirada se volvió única, podía ver un hueco en ella, un hueco que lograba identificar en cualquier lugar, te distinguía de todas las personas que te rodeaban. Tus manos un poco más maltratadas por no parar de escribir. Eran un verdadero rompecabezas de llagas y heridas a medio sanar. Y me pregunté que cosas habías derramado en esas hojas, que sentimientos habías puesto ahí. Me pregunté si alguna era para mi, si alguna frase me pertenecía.

Y entonces, tus imperfecciones me parecían perfectas, tus heridas me parecían dignas de admirarse, tu oscuridad, oh, tu oscuridad, me hubiera gustado estar cubierta por ella. Y tu luz, tu luz me iluminaba cada día, me hacía sentir todo, todo lo que te pudieras imaginar. Ese hoyo en tu corazón le pertenecía a aquella chica, ese pequeño lugar que había dejado lo tenía ella, ve tu a saber donde dejo ese pedazo, si lo guardo o lo tiro, pero ahí estaba, ahora era parte de ti. Y más tarde descubrí que tu habías dejado un hoyo parecido en mi corazón, yo te había dado ese pedazo, y no estaba segura de si lo sabias, no sabía que ibas a hacer con el, ¿Lo cuidarías o lo tirarías? pero ahora te pertenecía. Y más tarde descubrí que estaba enamorada de ti, que te amaba

large (4).jpg

.

 
 
 

Comments


Featured Review
Tag Cloud

© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

  • Facebook B&W
  • Twitter B&W
  • Google+ B&W
bottom of page